lunes, 7 de febrero de 2011

El símbolo en la catedral no es masónico




El arquitecto español Joaquín González-Miranda, autor del Plan Maestro de la Catedral Metropolitana de San Salvador, explica en una carta el verdadero significado del símbolo que ha sido tildado de "masónico": "Quien afirme que en ese mural hay símbolos masónicos, o desconoce el mural, o desconoce la simbología masónica".
Esta es la carta:


Estimado Señor,
Soy el Arquitecto al que, en 1995, Mons. Fernando Sáenz y la Fundación Catedral encargaron que realizase un proyecto para finalizar la construcción de la Catedral Metropolitana de San Salvador.
Le adjunto una nota con la que pretendo aclarar algunas cuestiones de Catedral que están resultando controvertidas.
Le agradeceré que la publique. Le envío, como ficheros adjuntos, un dibujo y una fotografía por si le interesa utilizarlos.
Un cordial saludo,

Joaquín González-Miranda
Arquitecto




NOTA DE PRENSA

Como autor del Plan Maestro de la Catedral Metropolitana de San Salvador, me veo en la necesidad de realizar algunas aclaraciones:

1. Me duelen profundamente las críticas y ataques que se han vertido contra la Iglesia Católica y el Sr. Arzobispo de San Salvador, con motivo de la destrucción del mural de cerámica de Fernando Llort, que estaba colocado en la fachada principal de la Catedral. Quiero pedir que la discusión sobre el mural se establezca respetuosamente, dentro del ámbito cultural, artístico y técnico, sin entrar en descalificaciones o ataques personales a quienes merecen toda consideración y respeto.

2. El mural de Fernando Llort tiene un contenido religioso: representa el trabajo del hombre y de la mujer –de todo el pueblo de Dios-ofrecido al Señor en el Sacrificio de la Misa, con la intercesión de los santos Ángeles; es incuestionable el carácter religioso del mural, como por otra parte era lo adecuado. En el símbolo que representa a Dios, Fernando Llort quiso integrar diversos símbolos que aparecen en las culturas de muchos pueblos, como manifestación del ansia por acudir a un Ser infinito y trascendente. Ahí están reflejados las 12 tribus de Israel y los 12 apóstoles, la semilla de la Vida, el ojo –que siempre se ha considerado un símbolo de la trascendencia y omnisciencia divina-, y algunos motivos de carácter indigenista. También aparecen las iniciales de Monseñor Romero, que pienso tienen cierto sentido, porque según la doctrina de la Iglesia Católica, el Arzobispo, en unión con el Papa, es vicario o representante de Dios en la tierra. Quien afirme que en ese mural hay símbolos masónicos, o desconoce el mural, o desconoce la simbología masónica. Por eso, para que en adelante se pueda hablar con conocimiento de causa, adjunto el diseño del motivo controvertido. Durante los 14 años que ha estado colocado el mural no ha habido nadie que viese allí ningún símbolo masónico. Pero si hubiese algún elemento que resultase inadecuado, se podría haber modificado fácilmente, ya que este símbolo de Dios es independiente del resto del mural, y esa separación también hace alusión a la trascendencia divina.

3. Las piezas cerámicas que constituían el mural estaban vitrificadas y por lo tanto sus colores permanecen estables durante siglos. Su fijación estaba realizada mediante resinas epoxi. El informe sobre el posible desprendimiento de las piezas (que ignoro si se ha realizado, porque no se ha dado a conocer) resulta falso: los azulejos resistieron los terremotos de 2001 y después de retirar la cerámica, utilizando compresores neumáticos, se ha podido comprobar que todas las piezas estaban firmemente sujetas.

4. Ese mural es la obra más importante de Fernando Llort, constituye un referente del arte salvadoreño actual y se había convertido en uno de los iconos más representativos de la imagen de El Salvador en todo el mundo. Se trata de un Bien Cultural de primera magnitud, que no puede ser destruido sin motivo alguno y debe ser protegido por las autoridades salvadoreñas. Pido a Secultura que, asumiendo sus competencias sobre la defensa de los Bienes Culturales de El Salvador, y el respeto y dignidad que merecen toda obra de arte y el trabajo de los artistas, ordene la reposición del mural de la Catedral. Si Secultura no actuase en este caso, perdería toda su autoridad moral y legal para el futuro.

Pamplona a 7 de febrero de 2012
El Arquitecto: Joaquín González-Miranda