miércoles, 26 de septiembre de 2012

El 11-S se firmó el acuerdo Ejecutivo de aumentar en más del 100% el precio de los pasaportes

Foto www.canal15.com.ni/

El anuncio en el aumento de más del 100% en el precio de los pasaportes fue hecho público a pocas horas de su entrada en vigencia, pese a que el acuerdo Ejecutivo No. 1,391 fue firmado con fecha del 11 de septiembre de 2012 (justo el mismo día de la 11 aniversario del 11-S).

De una sola vez, los pasaportes pasaron de costar $12 a $25.

Con el "pequeño" cambio en el precio el gobierno estará cobrando al año un 50% más  en concepto de pasaportes que lo cobrado en los últimos dos años. De continuar la tendencia mensual en 2012 de 14,800 documentos, solo en el último trimestre la Administración Funes estaría recibiendo la suma de $1,110,537.5 dólares. 

Para entender un poco más lo del crecimiento en un 50% en el cobro del pasaporte en 2012, tomaré en cuenta datos oficiales de la Dirección General de Migración y Extranjería, dependencia del Ministerio de Justicia, en 2010 se emitieron 160,649 pasaportes a un valor de $1,927,788 dólares; para 2011 se emitieron otros 159,314 documentos a un monto de $1,911,768 dólares. En los primeros seis meses de 2012 se vendieron 88,843 pasaportes, con lo que se cobró $1,066,116 dolares; si proyectamos el promedio mensual de 14,800 pasaportes para los meses de julio, agosto y septiembre (siempre al precio de $12) sumemos otros $533,058 dólares y con ese mismo promedio mensual aplicado para el último trimestre pero con el precio de $25 por documento tendríamos que al final del año el gobierno estaría cobrando $2,709,711 dólares.

Ya para 2013 la proyección (tomando en consideración los últimos 3 años) sería que al final del año se emitan unos 165,880 pasaportes, lo cual estaría significando una recaudación de $4 millones 147 mil dólares. Lo que implicaría un crecimiento en más del 100% en este rubro.


Pero hay más: ¿Quién no ha tenido que ir a realizar este trámite en día sábado por la mañana? bueno, hasta el sábado anterior al costo de $12 por la emisión de pasaporte uno debía pagar una sobrecargo de "horas extras" de $8, haciendo un total de $20 dólares por documento.

Pues bien, según me he enterado, el costo  total podría alcanzar los $40 dólares si usted realiza el trámite en día sábado... Algo ha cambiado ¿verdad?

P.D.: Por cierto, el comunicado de Migración no menciona que el cobro se aumentó en más de un 100%, sino que: "MIGRACIÓN ANUNCIA TARIFA POR SERVICIOS MIGRATORIOS"

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Los guerreros del fútbol playa, el orgullo de los salvadoreños


Para los habitantes de estas islas los jugadores de la selección de playa seguirán siendo los mismos de siempre y ninguno pretende abandonar su dieta a base de pescado, curiles y frijoles, ni mucho menos abandonar la tierra dónde han crecido, sufrido y encontrado la esperanza.

Por: Alfredo Hernández©

Foto de www.masconazo.com

Hace cinco siglos la Bahía de Jiquilisco era llamada por los indígenas por su nombre potón como “Xiriualtique”, o “lugar en la bahía de las estrellas”; ahí es donde se encuentran las islas La Pirraya, Rancho Viejo y San Sebastián que tan solo cinco años atrás no pasaban más allá de ser conocidas como parte de las 27 islas ubicadas en la bahía. Ahora estas islas son sinónimo de orgullo, triunfo, entrega y éxito para los salvadoreños, todo gracias a un pequeño grupo de pescadores que decidieron intercalar el uso de sus redes con un balón de fútbol.

La Bahía de Jiquilisco, donde la temperatura promedio oscila entre los 20 ºC  a 36 ºC, se encuentra ubicada en el departamento de Usulután, a unos 120 kilómetros de la capital salvadoreña, y cuyo acceso por carretera hasta Puerto Parada no es nada complicado; de ahí se debe partir en lancha hacia las islas donde habitan los llamados “los guerreros del fútbol playa”, un mote ganado luego de que este grupo de jugadores conquistara el cuarto puesto en la copa mundial de fútbol playa de la FIFA, realizado en la ciudad de Rávena, Italia, en septiembre de 2011.

Para llegar hasta estas islas, enclavadas en el litoral salvadoreño, se deben de navegar unos 30 minutos en lancha entre serpenteantes esteros y canales de la paradisíaca bahía, donde se divisan aves marinas y migratorias, barras de arena y playas, así como un conjunto de manglares que constituye la mayor extensión de agua salobre y bosque salado de El Salvador.

“Quién iba a pensar que unos pescadores iban a poner en alto a El Salvador” comenta Hugo Heriberto Martínez, pescador de la zona y quien asegura conocer desde siempre a tres de los seleccionados de fútbol playa y asegura que nunca los dejará de llamar por sus sobrenombres: “Medardo (Lobos) es ‘el sapo’, Tín (Agustín Ruiz, de 23 años) el capitán (de la selección) es ‘moco’ y Tomás (Antonio Hernández) es ‘pegue’”.

Medardo Lobos (de 28 años) reconoce que los lugareños los siguen tratando como de costumbre  “siempre es igual. ¿Por qué me voy a sentir más que otro? no… hasta chuña [descalzo] ando como siempre. No voy a tener ningún cambio ni nada.” Comenta el futbolista a la entrada de su humilde casa de madera y techo de lámina y paja donde vive en La Pirraya. Explica que la vivienda ha sido construida un medio metro por sobre el piso de tierra y arena porque cuando sube la marea entra el agua y, de esa forma, no se le llega a anegar.

La Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) les construyó casas de sistema mixto a los seleccionados de fútbol playa, aunque no todos habitan en ellas. Las comunidades de La Pirraya y Rancho Viejo, de casi 1,000 habitantes, cuentan con escuela, clínica comunal, los servicios vitales de electrificación y a partir de noviembre de 2010 con agua potable, este último gracias al trabajo colectivo de la comunidad junto a organismos no gubernamentales y al financiamiento de la cooperación internacional y el gobierno local de San Dionisio.

Los inicios de la selección de fútbol playa datan de finales de 2005, cuando el entonces entrenador Israel Cruz organizó un torneo entre los nativos de Rancho Viejo, San Sebastián y La Pirraya, siendo de ahí la base del primer equipo al integrar 10 de los 12 jugadores. “No había espacio para crear una cancha de fútbol porque todo eran manglares, por eso nos decantamos por el fútbol playa”, recuerda Cruz.

En ese momento los 10 jugadores, convertidos de la noche a la mañana en futbolistas, formaban parte de los 368 pescadores de esa zona, según un estudio realizado en 2003 por el Centro de Desarrollo de la Pesca y la Acuicultura (CENDEPESCA). Para todos ellos fue difícil hacer un balance entre los entrenos de fútbol, por los que no recibían renumeración alguna, o ir a realizar la pesca y que representaba los únicos ingresos reales para sus grupos familiares.

“Cuando comenzamos nos llevó ‘Judas’ [mal]. Israel en una hielera llevaba unos panes para la comida. Después de entrenar nos daba en platos desechables (la comida) y cada quien vigiaba (a) donde sentarse. No nos prometieron nada (de dinero), y solo (lo hacíamos) por ir a entrenar” recuerda Medardo.

Con Israel Cruz al mando la selección salvadoreña participó de las eliminatorias de Concacaf en Acapulco, México, para el mundial de FIFA de ese año 2007. El Salvador perdió los tres encuentros ante el local México, Estados Unidos y Costa Rica en la primera fase de grupos.

“Nosotros la primera vez que fuimos a Acapulco no conocíamos nada de reglas [del juego], nada de nada. Jugábamos por jugar y por el coraje que le poníamos, pero nada de reglas. Eso nos pasó factura en Acapulco. Ya cuando nos agarró Rudis Gallo ya nos enseñó las reglas y jugadas. Y así ya fuimos al primer mundial y clasificamos, ya conocedores de las reglas del fútbol” comenta Tomás Hernández (de 27 años) a quien encontramos en el rancho de un familiar en La Pirraya.

La versión es secundada por Medardo, quien asegura que ellos desconocían las reglas del juego y que el entrenados Israel Cruz les mostró algunas de ellas, pero que al llegar a Acapulco se percataron que eran diferentes.

El actual equipo es dirigido por el técnico Rudis González Gallo y él le ha dado continuidad en el equipo a 5 de los 10 jugadores iniciales, los que quedan provienen de La Pirraya y Rancho Viejo. El resto de miembros del equipo son originarios de diferentes zonas del litoral salvadoreño.

“Llego en 2008 a la selección y ahí logramos clasificar a la primera copa del mundo en Marsella, Francia; pero no ganamos ningún partido. En 2009 somos los campeones en Concacaf para participar en la copa del mundo en Dubái. México se queda y solo vamos con Costa Rica; e igual no ganamos ningún partido, pero ya vimos un avance en la selección porque venían agarrando experiencia.” Explica el seleccionador, quien es graduado como ingeniero agrónomo, pero luego de jugar en forma profesional por 10 años en ligas menores decide graduarse como entrenador “clase A” y así llega a liderar el grupo.

El analista Luis López Portillo interpreta la figura del entrenador como la de un  liderazgo efectivo: “a Gallo lo ven como maestro, guía y segundo padre. Les da confianza, los inspira y los empodera. A cambio le devuelven lealtad. De hecho, la hazaña de Gallo no es la técnica, sino el trabajo psicológico.”

El técnico coincide en cierta forma con el análisis, al señalar que “lo más importante es que ellos saben distinguir los momentos: dentro del terreno soy el profesor Gallo, afuera soy un amigo, un hermano o un padre para ellos.” Y explica que el camerino es muy unido y lo ha sabido manejar, principalmente por el bajo nivel cultural de los jugadores donde solo uno se ha graduado como  bachiller (Frank Velásquez) y el resto no concluyó la secundaria o, incluso, algunos no saben leer.

Pese a todo, en 2010 los seleccionados van de nuevo a México y consiguen por tercera ocasión consecutiva su pase al campeonato mundial de FIFA, a disputarse en septiembre de 2011 en Rávena, Italia. “Nosotros queríamos hacer historia ganando un primer partido (en un mundial), pero gracias a Dios que después de haber perdido en un primer juego contra Portugal un 11 a 2, que fue bastante doloroso para nosotros, pero nos supimos reponer y luego le ganamos a Omán y así sucesivamente fue como logramos el cuarto lugar en la copa del mundo” explica González Gallo y que en esa oportunidad debió dejar en el camino a Italia, el equipo local, en un partido muy intenso que fue visto por la gran mayoría de salvadoreños.

En ese momento eufórico, Ulises Olmedo aprovechó a realizar un paralelismo comparativo en las redes sociales, algo que ejemplificaba el orgullo colectivo que se desató: “La Pirraya y no Ravenna!!! Apulo y no Venecia... Pepescas y no Salmon, pupusas y no Pizza, Chuson [bus] y no tren, Catedral metropolitana y no el Vaticano!! Alvaro Torres y no Eros Ramazotti, Nahuat y no Italiano!!! Cuscatlecos y no Romanos!! El Salvador y no Italia! Selecta y no la Azurra!!! La Siguanaba y no La Mona Lisa, El duro blandito le gana a la Mozzarella!!! ARRIBA EL SAlVADOR !!!!!!!”

Tomás Hernández, quien ha participado en los cuatro procesos, explica que parte del éxito en Italia —a parte de los conocimientos tácticos y el trabajo colectivo que les ha enseñado González Gallo— fue la alimentación, la cual disfrutaron mucho; caso contrario a lo que les pasó en Francia y Dubái donde se alimentaron poco, principalmente en Dubái cuyos condimentos dulces y carne de camello los hizo adquirir una dieta obligada a base de las pocas frutas tropicales que estaban disponibles.

A su regreso a El Salvador desde Italia, los 12 jugadores de fútbol playa fueron recibidos como héroes nacionales por una nación que se decanta por este deporte como el favorito; no es para menos, lo conseguido por ellos supera con creces las participaciones de la selección mayor de fútbol en los mundiales de México 70 y España 82; y ha sido más celebrado que el oro de la marchista Cristina López en los Juegos Panamericanos de 2007 o la consecución del campeonato mundial de tiro con arco obtenido en 2007 por el arquero salvadoreño Jorge Jiménez en Dubai.

Cientos de personas los esperaron fuera del Aeropuerto Internacional El Salvador, en San Luis Talpa, y colmaron los 50 kilómetros que existen desde ahí hasta la capital para saludarlos al paso y darles muestras de cariño.

“A la salida del aeropuerto nos quedamos idos [sorprendidos] de ver esa multitud de gente que había. Nos llenó de más alegría de verlos [el recibimiento]. Cuando íbamos hacia el estadio Cuscatlán (en San Salvador) era gentillo [multitud] en todas las calles gritándonos y aplaudiéndonos. Esa experiencia nunca la vamos a olvidar tras lograr ese cuarto lugar allá en Italia” recuerda aún con mucha emoción en sus ojos Wilber Alvarado (23 años), quien confiesa que la primera vez que se subió a un avión en 2007 lo hizo con miedo y que al momento del despegue optó por cerrar sus ojos y sujetarse con fuerza al asiento.

Foto de www.masconazo.com
Las anécdotas de los jugadores con los aviones son muy conocidas, como cuando el capitán Agustín Ruiz rompió su primer pasaporte porque se negaba a volar hasta Acapulco; o cuando debieron trasladarse hasta Dubai en avión por más de 18 horas y donde casi todos se sentían claustrofóbicos.

Pero luego del torneo en Italia los reconocimientos para “los guerreros del fútbol playa” no se hicieron esperar: una cadena de almacenes local les obsequió a cada uno electrodomésticos, camas y otros premios; una empresa de telefonía celular invirtió $56,000 para dotarlos con lanchas y una buena cantidad para la compra del respectivo motor; y una cadena de supermercados local les entregó una dotación de productos de primera necesidad. A escala oficial también hubo reconocimientos: mientras la Asamblea Legislativa les otorgaba el título de “Hijos Meritísimos de El Salvador”, el presidente Mauricio Funes anunció una remuneración mensual (sin tiempo definido) de $700 mensuales.

Y los reconocimientos llegaron desde el exterior por medio de una carta enviada por el presidente del considerado como el mejor equipo del mundo futbolístico, Sandro Rosell, quien escribió: “Reciban en nombre de la Junta Directiva del Fútbol Club Barcelona y el mío propio, la mas sincera enhorabuena por la brillante consecución del cuarto lugar obtenido en el reciente Mundial de Fútbol Playa, celebrado en Rávean, Italia”. Para el cuerpo técnico y jugadores de la selección de playa esta carta representa uno de sus mayores alicientes.

“Estos jóvenes que nos han deleitado con chilenas y golazos nos han recordado que los salvadoreños somos capaces de lograr lo que nos proponemos, siempre que no esperemos que caía del cielo, siempre que trabajemos con dedicación y esmero, y siempre que tengamos esperanza y fe en Dios” comenta el exministro de Economía, Miguel Lacayo, sobre los logros a escala mundial de los futbolistas salvadoreños.

Para los habitantes de estas islas los jugadores de la selección de playa seguirán siendo los mismos de siempre, de hecho Wilber lo reafirma: “Nosotros lo que buscamos es tener las herramientas para trabajar aquí en nuestras islas y aquí lo necesario son las redes (de pesca) y la lancha para ir a pescar y así sobrevivir.”

Los tres entrevistados en las islas de la bahía de Jiquilisco coinciden en el hecho que el fútbol les ha cambiado la vida. Pero ninguno pretende abandonar su dieta a base de pescado, curiles y frijoles, ni mucho menos abandonar la tierra dónde han crecido, sufrido y encontrado la esperanza.

“Hace cuatro años yo no salía del agua, solo pasaba pescando día y noche para poder sobrevivir y ahora que ando en la selección la vida nos ha cambiado; ahora si quiero solo agarro mi lancha y me voy a pescar y antes tenía que andar buscando quién me pudiera llevar a trabajar. Y gracias a la selección de playa ahora tenemos cosas [herramientas] para trabajar propio. Si queremos vamos a pescar o sino no.” Refiere Wilber, quien en la actualidad se encentra recuperándose de una operación en la rodilla derecha, pero que sabe que cuenta con el apoyo de González Gallo para volver.

Por su lado Tomás hace una reflexión a corto plazo del cambio que ha tenido la incidencia del fútbol y asegura que “es diferente de hace dos años porque no teníamos tanto apoyo y ya con el resultado en Italia de traer el cuarto lugar, la mayoría de compañeros (de la selección de fútbol) ya ha cambiado porque se dedican menos a la pesca y le entran más al entreno”.

“El fútbol nos ha cambiado la vida en varias cosas [sentidos], porque los que queríamos lancha para trabajar ya las tenemos, tenemos equipo (redes y motor) y ya trabajamos para nuestro mismo ingreso” dije Medardo quien es padre de 1 niña y 3 niños a quienes pretende enseñarles todo lo que sabe sobre el fútbol porque para él el futuro se encuentra entre pelotas de fútbol y metas.

Si bien la pesca les ha ayudado a ser pacientes, el técnico de la selección considera que la “llave del éxito” ha sido en creer que poseen la capacidad para salir adelante “creer que Dios nos tiene acá y nos ha usado como una herramienta para que seamos un ejemplo para El Salvador y el mundo. Y de que entre más humildes el éxito será más grande”.

Sin lugar a dudas, este grupo de “guerreros playeros” ha sido bañado por las aguas de “Xiriualtique” —consideradas como un espejo del cielo— que junto a las estrellas de la bahía han logrado alcanzar el tan anhelado “sueño salvadoreño”.