
A ver si logro entender la lógica torcida de nuestro espacio virtual: “un ciudadano cubano no puede comprar su propio dominio web y alojarlo en un servidor local, pero es acusado cuando logra hospedar su sitio en otro país”; “los blogger oficiales reflejan la realidad, pero nosotros los alternativos somos marionetas de algún poder extranjero…”; “Internet es un terreno para una llamada batalla de ideas, de la que nadie puede enumerar al menos un principio que no sea la intolerancia…”; en fin, además de mutilados en nuestra sociedad, hemos entrado a Internet con varios pedazos de menos.
A este paso, en la red ocurrirá lo mismo que muestran nuestras calles: gente que en un primer momento –y ante las cámaras y micrófonos- exhiben un entusiasmo y una fidelidad ideológica que es pura “espuma”. De ahí que en Internet nos ponemos folclóricos y ecologistas; nos da por las bolsas de trabajo, los anuncios clasificados o la música gratis, pero cuidado con emitir opiniones. En la www hay que tener las mismas máscaras que llevamos colgadas en nuestra vida. Lo de tener ciber-derechos tendrá que esperar, a ver si va y un día nos da por empezar a hacernos, al menos, ciudadanos.
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