
Se acabó Wall Street
La zona que fue símbolo del poderío del mercado accionario estadounidense está en declive; sus principales firmas han sido vendidas, rescatadas o han quebrado ante los reveses económicos.
NUEVA YORK (AP) — Para los cientos de turistas que, cámara en mano, visitan Wall Street a diario, la Bolsa de Nueva York ofrece una imagen imponente.
La enorme bandera estadounidense amarrada a las columnas corintias. Las esculturas de la fachada que simbolizan la prosperidad de una nación capitalista. La estatua de George Washington que observa todo con ojo adusto desde el otro lado de la calle.
Estos monumentos reflejan en buena medida el espíritu osado y emprendedor que ayudaron a forjar la identidad de Estados Unidos y a convertirlo en una potencia mundial.
Pero a medida que las principales firmas de inversiones se derrumban, son vendidas o pasan a ser operaciones comerciales convencionales, vale preguntarse si la ciudad que por generaciones fue conocida como la capital financiera mundial puede conservar ese título y la desafiante arrogancia que la caracterizaron por tanto tiempo.
La transformación comenzó mucho antes de la crisis del 2008 y "va a tomar muchos años recuperar nuestro liderazgo mundial", afirmó Ron Chernow, autor especializado en la historia de Wall Street. "Nueva York ha sufrido grandes daños, y creo que algunos son permanentes".
Primero, Bear Stearns estuvo a punto de cerrar sus puertas. Se salvó porque fue comprada por JPMorgan Chase con la ayuda de un aporte de 29,000 millones de dólares del gobierno.
Luego Lehman Brothers se convirtió en la firma más grande de Estados Unidos que se declara en bancarrota y el banco británico Barclays PLC adquirió secciones claves de esa firma.
Y la misma Merrill Lynch, desde siempre asociada con el famoso toro de Wall Street, anunció que será adquirida por un banco comercial del interior, el Bank of America de Carolina del Norte. Citigroup, por su parte, se debilita día a día.
Al mismo tiempo, sitos como Londres, Tokio y Hong Kong han pasado a ser centros financieros de una magnitud tal que bien podrían hacerle competencia a Nueva York.
La Bolsa de Nueva York sigue siendo mucho más importante que la de Londres. En el 2007 se negociaron acciones por valor de 10,300 billones de dólares, el triple de lo negociado en la capital inglesa.

Pero el peso financiero de ciudades como Londres crece a un ritmo mucho más rápido que el de Nueva York. Entre 1997 y el 2007, el capital nuevo recaudado en Nueva York descendió casi un cuarto, en tanto que el de Londres se cuadruplicó, según la Federación Mundial de Bolsas de Valores.
Se pronostica que la crisis hará desaparecer miles de puestos de trabajo.
Incluso los grandes ejecutivos de trajes a rayas, que arriesgan miles de millones de dólares con cada decisión que toman y perciben ganancias monumentales, podrían ver disminuir sus ingresos.
"Cuando uno sale del edificio de la Bolsa de Nueva York todos los días, se encuentra con miles de turistas que toman fotos y que ni siquiera pueden entrar", declaró Ted Weisberg, quien trabaja allí desde hace 40 años. "Pero nunca hay nadie frente a la bolsa de Londres, ni en el edificio de (los índices) NASDAQ".
Hay quienes piensan que el declive de Nueva York comenzó hace años.
En el 2006, el alcalde de la ciudad Michael Bloomberg y el senador Charles Schumer advirtieron que Nueva York podía ser desplazada como capital financiera y lo achacaron a lo que describieron como una atmósfera de excesivas regulaciones.
La pérdida de influencia de Nueva York podría beneficiar no sólo a las otras capitales financieras, sino también a ciudades del interior.
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