martes, 23 de diciembre de 2008

Tiempo para meditar

Estamos cerrando una nueva página en la historia personal de cada uno de nosotros y es el momento oportuno para hacer un repaso de los retos que hace un año nos propusimos. Debemos de reflexionar y meditar a dónde estábamos hace uno, cinco, diez, veinte o no se hace cuantos años atrás y valorar lo que hemos construido con nuestro esfuerzo; pero todo ello no será válido del todo si no se toman en cuenta las cosas que dejamos de hacer, los proyectos fallidos y los caminos cerrados que una vez transitamos.

No es tiempo de ponerse a llorar sobre la leche derramada, debemos de fortalecernos y valorar en su justa dimensión aquellas pequeñas cosas que no requirieron dinero sino un trozo de nuestro tiempo, una palabra oportuna y el abrazo incondicional cuando menos se esperaba.

Pero también demos a las cosas materiales su justa dimensión y reconocer el avance y el progreso que hemos conseguido no solo en forma individual sino colectiva, como sociedad, y dejar de lado el malinchismo que siempre nos caracteriza. Veamos hacia el futuro y meditemos qué clase de nación queremos para nosotros y para dejar como herencia a nuestros hijos.

La crisis económica que recién comenzamos a sentir en nuestra economía familiar pueda que se agrave el próximo año y una de las maneras de sobrellevarla será despojarnos de los gastos superfluos, el consumismo excesivo y dando paso a la solidaridad.

Los invito a elevar una oración por todos los que seguimos en esta tierra y por aquellos que partieron. Feliz Navidad y Prosperidad en 2009. Recuerden, donde unos ven crisis, otros ven oportunidades.

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