Las redadas en EUA no pararán la migración
Volvía asqueada, agobiada y hasta humillada. No era para menos, aquel 25 de mayo Rosa llegó esposada y custodiada por dos agentes armados hasta la sala de espera del aeropuerto internacional JFK, en Nueva York. La mirada de todos se centraron en ella y Rosa se sintió observada. No era para menos.Pero humillación a parte, en el fondo Rosa me comentó que estaba feliz de volver, porque en cierta forma volvería a ser libre.
Volvía asqueada, agobiada y hasta humillada. No era para menos, aquel 25 de mayo Rosa llegó esposada y custodiada por dos agentes armados hasta la sala de espera del aeropuerto internacional JFK, en Nueva York. La mirada de todos se centraron en ella y Rosa se sintió observada. No era para menos.Pero humillación a parte, en el fondo Rosa me comentó que estaba feliz de volver, porque en cierta forma volvería a ser libre.
Había terminado su pena de aquel delito capital cometido en suelo estadounidense: trabajar.Rosa solo era una de los 74 salvadoreños detenidos en una redada en New Bedford, Massachusetts. Ahí las autoridades llegaron hasta la fábrica Michael Bianco Inc. y detuvieron a 300 indocumentados que elaboraban prendas usadas por el Ejército de EUA en Iraq.
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Pese a los grandes operativos antiinmigrantes que
se hacen en Estados Unidos, difícilmente podrán
detener la migración ilegal, primero por la
desintegración familiar que están creando y
principalmente por la falta de oportunidades
que encuentran en el país.
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se hacen en Estados Unidos, difícilmente podrán
detener la migración ilegal, primero por la
desintegración familiar que están creando y
principalmente por la falta de oportunidades
que encuentran en el país.
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Mientras sus padres eran apresados, se conoció que al menos 200 niños quedaban desamparados de forma abrupta. Para ellos no hay ni habrá explicación técnica o legal que valga.Rosa, luego de la captura, pasó más de dos meses en prisión junto a reos comunes, sin ver el sol y bajo presión psicológica. Precisamente fue esa presión la que la hizo desistir de continuar apelando su caso en la corte, aceptó los cargos y fue deportada.
Allá quedaron sus familiares y aquellos amigos y sueños que construyó desde su llegada como adolescente e indocumentada. Nunca se acogió al programa TPS.Su regreso lo hizo por avión, fue su primera experiencia, y lo hizo en la misma aeronave donde retornaba el presidente Antonio Saca luego de su visita a las tropas acantonadas en Iraq. Nunca se vieron.
Rosa no sabía que al llegar recordaría la presión recibida en aquella cárcel norteamericana, aquí debía pasar por el “registro de ingreso”. En una palabra: revictimizada.
Pese a los grandes operativos antiinmigrantes que se hacen en Estados Unidos, difícilmente podrán detener la migración ilegal, primero por la desintegración familiar que están creando y principalmente por la falta de oportunidades que encuentran en el país. Rosa lo sabe muy bien y ella, al igual que muchos, no ven su futuro en este paisito.
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