La publicación coincide con la conmemoración de los 28 años del martirio y a 14 años de que el ex arzobispo de San Salvador y su sucesor, monseñor Arturo Rivera y Damas (30 de septiembre de 1923-26 de noviembre de 1994), iniciara el proceso de beatificación y canonización ante el Vaticano.
"Monseñor Romero, más allá de lo que se dice, contó con la solidaridad de dos pontífices (Pablo VI y Juan Pablo II), como lo documenta el diario del mismo Romero. Eso constituye un punto firme" para el proceso de beatificación, escribió el vice director del diario, Carlo Di Cicco.
Esta es la primera publicación de L'Osservatore Romano en donde hace una clara alusión a favor del proceso de beatificación. Por la cercanía de la conmemoración del martirio, en El Salvador se ha reabierto el debate por lo largo que ha resultado el proceso en el Vaticano y existen voces que han llegado a sugerir que todo se debe de presiones políticas e, incluso, que la Santa Sede podría congelar el proceso hasta que el caso deje de crispar los ánimos en el país. En otras palabras, esperar una nueva generación que no vea con pasionismos políticos la vida y obra de monseñor Romero.
El prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal portugués José Saraiva Martins, negó en el mes de febrero que se quiera obstaculizar la beatificación y justificó que la demora se debe a que se debe determinar "con claridad" su martirio, es decir si murió por "odio a la fe o por razones políticas". 
Pero el vice director del diario, Carlo Di Cicco, reseña en su artículo que "el mismo Juan Pablo II ha reconocido públicamente su figura, cuando visitó su tumba en circunstancias dramáticas y también cuando lo citó entre los mártires del siglo XX y oró por el 'inolvidable monseñor Oscar Romero, asesinado en el altar". (FOTO DE L'OSSERVATORE ROMANO)
en el mismo diario monseñor Vincenzo Paglia, postulador de la causa de beatificación, escribe en otro artículo que "monseñor Romero fue víctima de la polarización política, que no dejaba espacio a la caridad y a que ejerciera como pastor. Fue contrario tanto a la violencia del gobierno militar como a la de la guerrilla y vivió como pastor el drama de su rebaño". Y agregó: "Era la persona más respetada de su país y por pedir insistentemente que se aplicara la doctrina social de la Iglesia fue acusado de ser comunista, aunque siempre condenó el comunismo y nunca cambio de opinión sobre ello."
¿MILAGRO?
El lunes anterior monseñor Ricardo Urioste reveló en la entrevista "8 en punto" de Canal 33 (canal 7 en cable) de Nacho Castillo, una anécdota desconocida por todos: Tras la muerte del Arzobispo, al ser embalsamado sus vísceras fueron sepultadas frente a su apartamento en el hospital Divina Providencia. Dos años después, “a las monjitas se les ocurrió hacer un monumentito a la Virgen, y los albañiles excavaron y se toparon con la caja que contenía las vísceras de monseñor. Al abrirlo, la sangre estaba líquida y las vísceras sin ningún mal olor”.
Monseñor Uriostes no quiso llamar al suceso como un milagro, pero destacó que eso había ocurrido; también recordó que incluso al papa Juan Pablo II (sin especificar en cuál de sus visitas al país), se le entregó un pequeño frasco con la sangre líquida de Romero.
De momento el papa Benedicto XVI ha citado a monseñor Romero como "un ejemplo a seguir".
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