Wall Street ha sobrevivido como un símbolo capitalista, pero así como siguen las cosas en la actualidad, está al borde de la crisis total. (foto de InfoBAE.com)
Todos fuimos testigos ayer de cómo todas las bolsas del mundo se desplomaban a razón de la no aprobación de un plan "de rescate" que impulsaba el presidente de EUA, George W. Bush, en el congreso para inyectar $700,000 millones en el sistema financiero, luego de la quiebra de varios bancos y aseguradoras, y el impacto por los créditos Subprime.
La Bolsa de Nueva York registró ayer la mayor caída de su historia: el Dow Jones perdió 6.98%, una pérdida jamás registrada de cerca de 800 puntos y el Nasdaq se hundió 9.14%. Pero la caída de Wall Street solo fue el final de un lunes de caída en todas las bolsas del mundo, desde Europa, pasando por Asia y América Latina. (info de InfoBAE.com)
¿Cuál será el impacto en nuestro país? Aún está por verse. Recordemos que todo se traducirá en la cantidad de remesas que lleguen o no lleguen al país. Como primer paso ya se espera que lleguen menos en este año, aunque de momento a cifra siempre se proyecta positiva.
En 2006 el ingreso de remesas fue de $3,470.9 millones y en 2007 las remesas que llegaron alcanzó la suma de $3,695.3 millones. Datos del BCR salvadoreño detallan que con base en el promedio mensual de remesas enviadas en 2008 (hasta agosto de este año alcanzaba la suma de $2,576.3 millones), la expectativa es que el ingresen $3,864.4 millones de dólares. En términos absolutos se espera un aumento en el envío de dinero, aunque en términos porcentuales el crecimiento será menor, pasando de un 6.5% el año pasado a un 4.4% este año (el dato será verificable solo al final del año).
Pero retomando el punto. Con los créditos subprime lo que ocurrió fue que muchas personas ya no pudieron sostener sus hipotecas y han perdido sus casas al llegar a deudas que se les volvieron inalcanzables; ahí hay historias de salvadoreños que tenían su casa pero aprovechando las "ventajas" que el gobierno de EUA dio para la adquisición de vivienda, embargaron su casa y optaron por una segunda o vendieron la que tenían para optar a otra mejor, pero ahora resulta que se han quedado sin vivienda propia, sin su patrimonio familiar. A partir de ahí podrá notarse una merma en el envío de remesas por este grupo de afectados.
Otro segundo grupo de afectados serán quienes laboran en la rama de la construcción. Con la quiebra de los bancos y el efecto de la subprime, hay menos liquidez en el sistema y se han restringido los créditos para nuevos proyectos, principalmente en el ramo de vivienda. Con menos trabajo a disposición, quienes se dedican a la construcción también podrán verse afectados en la medida que no logren trabajos. Aunque en este caso, por el momento no se ha sentido mucho el impacto porque muchos obreros han optado por moverse hacia aquellos estados donde los huracanes han impactado en la infraestuctura local (Texas, Nueva Orleans, Miami, etc.)
¿Y qué de aquellos salvadoreños que trabajan en la rama industrial o comercial? Pues al existir menos flujo de liquidez circulando, la economía se contrae y se vende menos o, mejor dicho, las personas compran menos. Es entonces que inician los recortes de personal en estas ramas.
Luego de ese visualizar esos escenarios en EUA, el origen primordial de las remesas salvadoreñas, pasemos a lo que ocurrirá en el país. Sencillo: Menos remesas se traducirá en menos consumo y así, sucesivamente, se repetirá el escenario anteriormente descrito.
En lo personal considero que será en esta parte donde más impactará la crisis financiera mundial en El Salvador y donde los salvadoreños sentirán más los efectos; aunque no está de más estar pendientes de los bancos que operan en el país, en caso que alguno sea absorbido por problemas financieros a consecuencia de la crisis.
Todo esto sin contar con la crisis de alimentos y el impacto en la canasta básica a consecuencia de los altos índices del petróleo, y estos dos factores sí ya están pasando la factura a los salvadoreños.
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