miércoles, 19 de noviembre de 2008

El asesinato de los Jesuitas fue "de los grandes errores de la FA": Cristiani

En una entrevista con el expresidente Alfredo Cristiani, que tuve la oportunidad de hacerla en enero de 2007 (publicada el 15 de enero de ese año), en el marco de la conmemoración de los 15 años de los Acuerdos de Paz, calificó el asesinato de los Jesuitas "de los grandes errores de elementos de la Fuerza Armada". (foto EDH)
Según Cristiani, él no cree que el homicidio haya sido algo institucional sino de sectores al interior de la Fuerza Armada.

Traigo a colación parte de la entrevista en el marco de la demanda que se han interpuesto familiares de una de las víctimas en España en su contra y 14 militares más por el asesinato de los sacerdotes jesuitas y dos empleadas en 1989.

En recientes declaraciones el Arzobispo de San Salvador, Fernando Sáenz Lacalle, se pronunció en contra de que se promueva una querella en España "Temo que abrir este caso en los tribunales de otro país no nos ayudará en el proceso de reconciliación interno. Hay muchos casos de injusticias y de crímenes de la pasada guerra cometidos por ambos lados", dijo.

Sáenz dijo "compartir" la posición expresada el jueves por el rector de la UCA, el también jesuita José María Tojeira, quien prefirió no sumarse al proceso judicial en Madrid y prefiere que el caso sea ventilado por la justicia salvadoreña.

"Respetamos cualquier otra iniciativa que pueda surgir desde los familiares de los jesuitas, pero no participaremos en aquellas actividades judiciales que trasciendan el marco legal salvadoreño o las obligaciones internacionales derivadas de pactos o tratados firmados por El Salvador", señaló la UCA en un pronunciamiento leído por Tojeira.

Lacalle ha dicho: "Tengo la seguridad absoluta de que él (Cristiani) no estaba enterado de este plan, ni dio la orden. Estuvo presente en el funeral."

Por su parte Cristiani el viernes anterior: “Tengo la conciencia tranquila, Dios sabe que soy inocente."

Esta es parte de la entrevista donde se aborda el asesinato de los jesuitas:


"La Democracia ha avanzado"


¿Cómo ve a El Salvador 15 años después de haber firmado los acuerdos?
Si nos vamos a ver los acuerdos son tendientes a fortalecer la institucionalidad democrática del país y en ese sentido, en términos del avance de la democracia, creo que se han hecho varios avances, pero que también hay cosas que faltan por hacer, por terminar de fortalecer.
Creo que el sistema judicial necesita que se le siga poniendo el diente, como dicen, para que mejore aquí la administración de justicia. Obviamente tiene que ver con el tema del momento que es la inseguridad de la gente. Pero en términos generales el proceso democráticos ha avanzado, tenemos a todas las ideologías participando libremente en todo el quehacer político del país; las libertades, los derechos de la ciudadanía, están bien resguardados a diferencia de hace 15 años que eran los temas de todos los días.
En ese aspecto, que es lo que buscaba el acuerdo de paz, ir fortaleciendo nuestro sistema democrático, creo que se ha avanzado mucho.


¿Cuáles fueron los aspectos más espinosos en la negociación de los acuerdos de paz?
Dentro de los grandes temas a negociar, el tema principal que abarcaba muchos subtemas era la reforma constitucional, ahí se iban a tocar prácticamente todos los aspectos del quehacer democrático del país y como buscar fortalecer todas estas instituciones —de la Fuerza Armada, la PNC. El sistema judicial, el sistema electoral— prácticamente todos estos temas fueron los más difíciles de sobreponer. Yo siempre pensé que llegado al acuerdo de reforma electoral lo demás era cuesta abajo, como dicen, habían siempre temas espinosos que tocar, pero ya lo fundamental estaba acordado, ese fue el tema más difícil.

¿Usted como vio que el FMLN lanzara una ofensiva a penas dos meses de iniciadas las negociaciones?
Bueno, ya esperábamos algo, no sabíamos exactamente qué, pero previo a la toma de posesión habíamos hecho algunas indagaciones, indirectamente con el FMLN, entorno al pensamiento de ellos para buscar una solución política y lo que reverderaba de parte de ellos era “insurrección popular”.
Es decir, iban a buscar primero la toma del poder a través del apoyo de la población en un evento que iba a ser algo similar a una ofensiva como la que se dio; en ese sentido, si bien no fue sorpresa no esperábamos una cosa tan grande y destructiva como la que hubo aquí en la ciudad capital.
Afortunadamente el “status quo”, militarmente hablando, se mantuvo y nadie pudo doblegar a nadie...

Y tampoco se dio la “insurrección popular” que esperaba el FMLN...
Y en efecto no ocurre la “insurrección popular”, de hecho, creo que ese es uno de los ingredientes que facilita que se pueda llegar a acuerdos. La aceptación del FMLN de que no contaban con el apoyo popular para tomarse el poder por la vía violenta es algo que los hizo, sin lugar a dudas, recapacitar.

¿Cómo toma, en su momento de crisis, que en medio de esta ofensiva se registre la muerte de los jesuitas?
La verdad que fue un hecho, en primer lugar, lamentable la pérdida de vidas humanas adicionales y valiosas como la de ellos. Creo que fue, en mi criterio, de los grandes errores de elementos de la Fuerza Armada. No creo que haya sido algo institucional sino que fue de sectores, o de algún grupo de miembros de la Fuerza Armada que ejecutó ese crimen.
Sin embargo, tratando, por una parte, no justificando la pérdida de vidas humanas que nunca es justificable, de hecho, también fue otro ingrediente facilitador de llegar a los acuerdos de paz.
Este hecho, al conocerse después de que había sido realizado por miembros de la Fuerza Armada, la Fuerza Armada estuvo bajo una enorme presión porque ya no era aceptable que siguieran con este tipo de acciones y que fueron lentamente también siendo forzados como que la única solución era el proceso de negociación.
Yo con esto no quiero decir que la Fuerza Armada se oponía al proceso, creo que la inmensa mayoría de la oficialidad, ciertamente el alto mando estuvo siempre detrás y en apoyo al proceso de paz; pero sí hay que reconocer que había elementos que no estaban muy conformes con que la solución era política y no militar.

Cuando menciona que había algunos sectores de la Fuerza Armada que se resistían a un proceso de negociación, y cuando se propuso una reforma constitucional que eliminaba la palabra “permanente” a la fuerza Armada ¿Sí genero fricción interna en la comisión gubernamental de negociación?
Yo no llamaría que fue uno de los episodios importantes. Para la fuerza armada, quizás era más importante una palabra simplemente por el hecho de ser reiterativa de algo que, cuando hay una institución que tenga o no el calificativo de permanente o no en la constitución y la constitución es reformable, nada es permanente, eso no salva de nada.
Sin embargo, entendíamos que para los miembros de la Fuerza Armada el que se reiterara que era “permanente” era importante. Acuérdese que al inicio de todo esto, en el 89, cuando se hablaba en las primeras reuniones, el FMLN hablaba de la “disolución” de la Fuerza Armada; en ese momento y públicamente hicimos hincapié que la existencia de la Fuerza Armada no estaba en juego, que podíamos buscar el rol, la profesionalización, pero la existencia de la institución no era negociable.
El FMLN siempre guardaba reservas de solicitar que se disolviera y causaba resquemores en los oficiales, y para ellos sí era importante la palabra “permanente”, aunque no agrega ni quita en el fondo nada.

¿Era un pedido de sectores?
No eran pedidos de sectores, era el general Ponce que en ese entonces estábamos reunidos y siempre en comunicación con la comisión que se estaba discutiendo la redacción del artículo. Entonces el General Ponce insistía que para ellos era importante agregar la palabra; pero entendiendo todo lo que pasaba y los temores de la Fuerza Armada, para ellos era importante y quedó la palabra.

¿A qué atribuye que los esfuerzos que hizo Napoleón Duarte por lograr un acuerdo de paz fracasaran en su administración?
Creo que hay dos factores. Primero que probablemente no estaban dadas las condiciones para que se pudiera desarrollar un proceso, a pesar que el FMLN siempre hablaba del diálogo, etc. Etc. Lo hacían por razones de apariencia política, no porque en el fondo creyeran que iban a solucionar las cosas a través del diálogo en aquellos momentos de La Palma, Ayagualo, etc.; creo que no estaban dadas las condiciones, todavía estaba la guerra fría en su apogeo y amenazas van, amenazas vienen, y aquí era como el caldo de cultivo de la guerra fría.
Por otro lado tampoco el Ing. Duarte trató de construir un proceso coherente. Eran así como “reunámonos en La Palma a ver qué sale”. A diferencia de proponer no una reunión en un lugar dado a ver qué logramos hacer, sino de ir viendo que este es un proceso con muchas cosas que hay que tratar antes o para concluir el conflicto.
Lo que se ofrece en el 89 es un proceso continuado, reservado, permanente, serio...

Con agenda establecida...
Había que establecerla, pero sí, de los primeros puntos era establecer una y busquemos algo. No era una cosa de un día.

¿Considera que su porte de estadista le imprimió confianza a la exguerrilla para sentarse a negociar y concluir el proceso?
Yo no creo que le generaba confianza a la guerrilla. En nuestro caso, nosotros generamos, tal vez, más confianza que el Ing. Duarte en sectores que eran antagónicos al FMLN: El sector privado, el mismo sector militar. En general decían, bueno, al conocer la ideología del gobierno era que no iba a acceder a ciertas cosas, que tal vez temían que el Ing. Duarte pudiera acceder a favor de la guerrilla, ese tipo de confianza.
Al FMLN su confianza se la da finalmente el secretario general de Naciones Unidas y los cuatro países amigos más uno, al final, con Estados Unidos. Esa es la parte generadora de confianza para sentarse a negociar.
La confianza entre las partes es uno de los obstáculos más difícil de vencer en un proceso de esos. Nadie se tiene confianza en un momento dado. “bueno y estos están hablando en serio después de cosas como la ofensiva” es decir ¿qué tanta confianza se puede tener? Pero es un elemento que hay que sobreponerse a él si quiere solucionar el problema.

¿Y después de la ofensiva usted tuvo alguna confianza?
Pues, con reservas (sonríe)

¿Qué lo movió a retomar las negociaciones?
Yo siempre estuve convencido que la salida política era la única salida que tenía el conflicto. Militarmente hablando se podía generar suficiente presión al FMLN, si se quiere, hacerlo tan pequeño como terminó siendo la guerrilla en Guatemala, pero era a costa de un montón de sacrificios, especialmente en vidas, etc, y aunque quedara en agrupaciones pequeñas siempre iba a haber problemas. En Guatemala la guerrilla era insignificante al final pero siempre ponían bombas y podían secuestrar, podían asesinar, que no permitían que el país se sentara como un país estable y tuvieron que sentarse a negociar al final. Siempre creí que para, de verdad terminar el conflicto, la única salida era negociar.

Usted hablaba hace un momento que las condiciones no estaban dadas durante la administración Duarte, pero con la ofensiva las condiciones quizás eran peor que durante la administración Duarte...
Al contrario. Ya la guerra fría se había terminado, el muro de Berlín había caído, Cuba ya no tenían la capacidad de apoyar logísticamente, los sandinistas ya no estaban en el poder; es decir, la relación del ambiente externo había cambiado y el hecho de la no insurrección también dejaba al FMLN sin muchas opciones.

Entonces, más que una condición estable del país era una presión para la guerrilla que no tenía otra salida más que negociar.
Bueno, digamos que ellos sintieron presiones que los hicieron que la salida política era como una salida; no quisiera llamarle tabla de salvación porque los primeros que van a gritar que no era así son ellos mismos y no es una cuestión de entrar en una polémica, lo que sí es cierto es que lo que ellos buscaron como “insurrección popular” no se les dio; militarmente no pudieron derrotar en la ofensiva, aunque lanzaron el todo por el todo, a la Fuerza Armada; entonces ¿qué les esperaba? Tampoco la Unión Soviética los seguía apoyando, Cuba ya no tenía los seis billones o no se cuánto le mandaban los soviéticos y el armamento, y Nicaragua ya no tenía a Daniel Ortega estaba la niña Violeta. Para uno generar un conflicto necesita ciertas condiciones y apoyos que si no los tengo mejor no me meto.

Tratando de pensar como un general de entonces, tenían al FMLN en una posición debilitada y pudiera haberse pensado que en ese momento el gobierno con una mayor presión militar lo tenían donde querían para terminarlo...
Ahora le doy la contraparte: Estados Unidos cada vez disminuyendo la ayuda militar a la Fuerza Armada. El mismo hecho que se estaba distensionando la guerra fría permitía pensar para qué nos vamos a seguir matando, terminemos esta cosa. Uno tiene que, desde la posición en que está, tratar de percibir si esto se puede o no terminar lo antes posible. Realmente nosotros, al pensar que la única salida era la política, lo que teníamos era buscar las condicionantes que permitieran visualizar que ese proceso iba a terminar con éxito. Habían cosas que estaban dentro de nosotros y otras que no, nada teníamos que ver en las negociaciones entre Reagan y Gorbachev, era un problema de ellos nada más.

¿Pero usted no quiso lanzar una contraofensiva?
No. No.

¿Fue su decisión no hacerlo?
Nosotros nos mantuvimos siempre que aquí necesitábamos construir un proceso de negociación que terminara el conflicto por la vía política.

¿En este proceso qué papel jugó Naciones Unidas y los cuatro países más uno?
Ellos fueron facilitadores. Naciones Unidas que era el intermediador de todo lo que fue las reuniones y las negociaciones, durante los momentos que no había contacto directo, Naciones Unidas, y en ese momento era Álvaro de Soto, que iba y venía de lado a lado tratando de acercar las posiciones a modo que cuando nos reuniéramos pudiéramos visualizar aquí vamos a llegar a acuerdos en este tema.
El hecho que estuvieran países amigos que gozaban de la confianza del FMLN también permitía que ellos entendieran hasta donde puede llegar un gobierno accediendo a cosas y hasta donde es correcto acceder. Por otro lado ellos también hacían ver cuáles eran las posiciones del FMLN y por qué; es decir, este tipo de razonamiento que permite que se trate de llegar a un acuerdo. Su rol era de facilitadores.

¿Por qué nunca asistió a una de estas mesas de negociación?
Porque, en primer lugar, hay estrategias de negociación; en segundo lugar, yo juré cumplir y hacer cumplir la constitución de la república y mientras el FMLN se mantuvo alzado en armas era, por llamarlo así, una agrupación fuera de la ley. Yo no veía correcto que el presidente hablara directamente con ellos; por otro lado no iba a andar por todos lados, eso no me permitía decir que me iba a reunir con ellos en El Salvador, porque aquí mi obligación habría sido capturarlos y apresarlos, llevarlos a juicio. Mi obligación era hacer cumplir la constitución, estrictamente hablando, y yo no iba a andar fuera del país, aquí había cosas que atender.

¿Con quién se comunicaba directamente?
Con la comisión nuestra.

¿No estuvo con Álvaro de Soto?
Como no, platiqué infinidad de veces con él. Cuando él venía, le llamaban diplomacia pendular porque iba y venía, me reunía con él cada vez que venía. Etc.

¿Hubo algún punto en que la comisión estuvo de acuerdo en negociar en el que usted no estuvo de acuerdo?
No creo. No hubo diferencias así.

¿No hubo ningún punto en el que tuvo que dar una contraorden o, por el contrario, imponer una decisión?
En donde se sintió, tal vez no tanto de la comisión nuestra, pero se veía como una cosa que para los países amigos no era así como importante, para mí sí lo era, entonces ahí tuve que decir: “Miren, ya déjenme de hablar porque no voy a cambiar de opinión en este punto específico”

¿Por ejemplo?
El FMLN quería reformar el artículo de la constitución que permite la reforma constitucional. Ellos quería que se pudiera reformar con una sola Asamblea. En este momento se puede reformar siendo aprobada por mayoría en una Asamblea y hay que esperar la siguiente que la tiene que ratificar por mayoría calificada. Para mi ese mecanismo era vital mantenerlo, porque sino estaríamos como Chávez. Imagina a los diputados cambiando la constitución a medianoche, ¿qué seguridad habría en el país? Sería un problema sumamente serio. Fue donde más trancamos.

Luego de la firma de la paz, ¿cuáles considera que son los sucesos que han puesto en riesgo los cimientos de la paz?
En el fondo no veo una cosa que haya puesto en peligro los acuerdos de paz. Que diga que por un hecho íbamos a regresar a un conflicto armado.
De hecho, parte lo que es parte ejemplar de El Salvador para el resto de conflictos, es que una vez se dijo hasta aquí llegamos no ha habido un disparo o una amenaza que haya puesto en peligro la estabilidad de los acuerdos.
Quizás mencionando un hecho, que no es positivo sino que lo positivo es la reacción de la población ante los sucesos del 5 de julio del año pasado (2006), que eso demuestra lo sólido que es el proceso en El Salvador. Cuando surge una escena que recuerda a la gente lo que fue la guerra, inmediatamente saltan todos los sectores de la sociedad a condenar el hecho y fue tan fuerte que hizo hasta cambiar el modo de pensar de muchos. Eso para mí es muy positivo que está muy arraigada la pacificación en el país.

¿Cómo vio que el FMLN se tardara tanto en emitir una condena?
Es que les cuesta a veces aceptar ciertas cosas y es lógico que les cueste, lo importante es que después condenaron. Más importante aún es que lo condenen en serio y de verdad trabajen porque el país se construya sin enfrentamientos.

¿El hecho que diga que les cueste condenar esos hecho, es que hace 15 años era un FMLN más maduro y que llegó a la firma de la paz, al de ahora que les cuesta condenar esos hechos?
En primer lugar, el FMLN de ahora no es el mismo con el que nos sentamos a negociar. Hay muchos sectores que ya no pertenecen, que se han retirado. Básicamente son dos de cinco agrupaciones, lamentablemente quedaron las dos agrupaciones más radicales.

¿Y ya eran así desde entonces?
Qué diría. El otro día leí una entrevista de Salvador Samayoa que decía que los tres más propensos a negociar eran Schafik, él y Ana Guadalupe y deja fuera a otros que ahora diría que son los moderados, los no radicales, pero que en aquel momento no querían negociar. Lo que quiero decir es que no es el mismo FMLN, es otro bajo el mismo nombre.

¿Usted considera que este FMLN tiene capacidad de gobernar?
Pensaría que tendrían problemas. Siento que todavía piensan un poco más con el hígado que con la cabeza. Es decir, son más chavistas que lulistas.

¿Correríamos el peligro de Venezuela?
Creo que sí.

Pero quiénes no están preparados ¿No está preparado el Frente o los salvadoreños no estamos preparados para la alternancia?
No, los salvadoreños han estado preparados para la alternancia, lo que no han querido es que el FMLN llegue. La alternabilidad ha estado ahí sobre el tapete en cada elección.Lo que creo es que cuando uno oye a los dirigentes del FMLN que dicen que son antisistema, no tengo que hacer la calificación porque lo hacen ellos solos, los sectores que hablan de antisistema y que el gobierno de Fidel Castro es democrático, lo que se me ocurre es que no están preparados para manejarse dentro de una democracia...


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