lunes, 23 de junio de 2008

Sigue la expectativa por el Schindler salvadoreño

NotiIsrael, un semanario electrónico sobre noticias de Israel y comunidades hebreas, destaca en su presente edición la historia del ex diplomático salvadoreño en Ginebra, José Arturo Castellanos (El Schindler salvadoreño), quien salvó a miles de judíos del genocidio Nazi.

La publicación electrónica revela que la Canciller salvadoreña, Marisol Argueta, y el coordinador de la Comisión de Investigación Histórica de la Cancillería, Ricardo Morán, tienen previsto visitar Israel (por separado) como parte de las actividades que buscan que la historia de Castellanos sea reconocido como un “Justo entre las Naciones”.

Morán viajará a principios de julio a Israel para entregar más documentación, requerida por Iad Vashem, entidad encargada de otorgar el título que se busca para el ex diplomático.

La información detalla que se organiza la visita de la Canciller Argueta para noviembre, en el que también se intentarán adelantar los trámites para que Castellanos sea reconocido como un “Justo entre las Naciones.

Dejo la historia completa porque en ella se encontraran nuevos elementos que no estaban incluidos en la nota publicada por la BBC de Londres.

El Salvador: buscan un reconocimiento para ex cónsul que salvó miles de judíos

El ex cónsul salvadoreño en Ginebra, José Arturo Castellanos, emitió certificados de nacionalidad salvadoreña que permitieron a cerca de 30 mil judíos, principalmente húngaros, evitar los campos de exterminio nazis. Tanto el gobierno como la comunidad judía salvadoreña quieren que se lo considere un “Justo entre las Naciones”.

Ricardo Morán, coordinador de la Comisión de Investigación Histórica del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, viajará a principios de julio a Israel para entregar más documentación, requerida por Iad Vashem, entidad encargada de otorgar el título.

El presidente honorario de la Comunidad Israelita de El Salvador, Jean Claude Kahn, contó que el diplomático emitió, junto a su primer secretario George Mandel-Mantello, “entre 30.000 y 50.000” certificados de nacionalidad salvadoreña que permitieron a miles de judíos, principalmente húngaros, ser enviados a campos de detención, donde no corrían tanto peligro como en los campos de exterminación nazis.

“Es una cosa bien humana, una historia muy bonita y valiosa por la hazaña que significó”, expresó Kahn.

Kahn estuvo presente en el homenaje realizado pocos días atrás en la embajada salvadoreña en Washington, donde se dio a conocer la historia de Castellanos, quien murió “pobre y sin haber hablado jamás de lo que hizo” en El Salvador, en 1977.

Con la ayuda del AJC, El Salvador está tratando de rescatar del olvido al diplomático. Es por eso que, además del viaje que Morán realizará en julio, se está organizando un viaje junto a la canciller salvadoreña a Israel para noviembre, en el que también se intentarán adelantar los trámites para que Castellanos sea reconocido como un “Justo entre las Naciones”, afirmó Kahn.

En Washington estuvo presente el hijo de Mandel Mantello, quien contó que cuando le preguntó a su padre el por qué del silencio, respondió: “Hicimos lo que teníamos que hacer”.

La historia se conoció hace 20 años, cuando el entonces embajador de El Salvador en Jerusalem, Enrique Guttfreund, comenzó a recibir a ciudadanos israelíes que contaban que habían sido salvados mediante los documentos emitidos por Castellanos.

Por su parte, la comunidad judía local, formada por poco más de un centenar de personas, siguió el caso “muy de cerca y con especial interés” según indicó el actual presidente de la Comunidad Israelita de El Salvador, Ricardo Freund.

“Apoyamos esta iniciativa con todo nuestro ser, y esperamos Iue Yad Vashem resuelva positivamente el tema lo antes posible”, expresó Freund.

En la oportunidad se presentó también un documental titulado “La Casa de Cristal”, realizado por Brad Marlowe y su esposa Leonor Avila, de origen salvadoreño, en el que recogen los testimonios de varios de los judíos salvados por Castellanos, como así también los de su hija Frieda García y Enrico Mandel-Mantello, hijo del primer secretario del cónsul.

El título de la película se refiere a la embajada suiza en Budapest, donde se entregaron los certificados hechos por el cónsul en Ginebra.

Para que alguien sea considerado “Justo entre las Naciones” debe “no haber sido judío, no haber sacado provecho, y haber arriesgado su vida y su trabajo para salvar a judíos durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)”, según los requisitos de Iad Vashem.

La primera condición impide que el primer secretario Mantello reciba esos honores, por ser él mismo judío.

LINK:
http://noti.hebreos.net/enlinea/2008/06/22/2853/#

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