jueves, 17 de julio de 2008

Un pacto por el empleo es un pacto por la nación

"Encaminarse hacia niveles superiores de desarrollo humano es posible siempre y cuando se realicen los esfuerzos adecuados para superar las carencias del mercado laboral salvadoreño." Esta frase forma parte del Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador 2007-2008 del PNUD: "El empleo en uno de los pueblos más trabajadores del mundo" que fue hecho público el día de ayer.

El informe brinda elementos valiosos en un momento oportuno para que los políticos debatan sobre la base de estudios serios y concretos, a fin de brindar propuestas claras, puntuales y que atiendan el problema. Como sabemos todos, el país se encamina hacia elecciones generales el próximo año, por lo que es el momento oportuno para que este informe sea retomado en las propuestas electoreras de la campaña, pero, principalmente, que se debata sobre la base de fundamentos y no abrir discusiones estériles como el caso de la bandera.

es el momento para que los principales actores lleguen a un pacto nacional sobre el tema empleo para lograr a un mejor desarrollo humano, social y de nación. Es momento de demostrar voluntad y obligar a los políticos a comprometerse a su cumplimiento. Al resto lo que nos toca es estar siempre insistiendo en el asunto y dejar de ser actores pasivo para empujar a su cumplimiento.

El estudio refiere que contrario a lo que muchos políticos dicen (sin fundamento) "El Salvador registra bajas tasas de desempleo abierto en comparación con naciones de desarrollo humano alto", ese elemento llama poderosamente la atención y de ahí que los principales precursores del documento estén insistiendo en el ya casi olvidado "título honorífico" con el que siempre se nos conoció y por lo cual en algún momento de la historia se nos llegó a decir "guanacos": "Un pueblo de los más trabajadores del mundo".

La "afición" de los salvadoreños por el trabajo ha sido, incluso, materia de atención de poetas, dramaturgo e intelectuales. Roque Dalton en su Poema de Amor nos visualizó como: " los eternos indocumentados, los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo..." (Las Historias Prohibidas del Pulgarcito); Pero debemos resalta que otros como Alberto Masferrer y el Obispo Óscar Romero han demandado mejores condiciones de vida para los sectores más vulnerables y desprotegidos para que no queden rezagados, olvidados.

Se cita en el documento la visión del escritor Alberto Masferrer (1868-1932) quien propuso una
manera diferente de mirar a la población trabajadora: "“Toda criatura, por el simple hecho de nacer y de vivir, tiene derecho a que la Colectividad le asegure, mediante una justa y sabia organización de la propiedad, del trabajo, de la producción y del consumo, un MÍNIMUM
DE VIDA ÍNTEGRA, o sea la satisfacción de las necesidades primordiales” (...) “Hombres que
no se alimentan bien, que no se abrigan bien, que no descansan bien, que no se guarnecen bien, no sirven para trabajadores ni para ciudadanos; ni para defender a su patria, ni para sostener a su familia”"

En el caso del Obispo Romero se consigna una interesante cita que no pierde actualidad: "“en nombre de Dios que crea las cosas, digo a los que tienen y a los que trabajan y a los gobernantes: que sean justos, que escuchen el clamor del pueblo, que con sangre y con violencia no se van a arreglar las situaciones económicas, sociales y políticas, que tiene que profundizarse, para que no haya más semanas trágicas ni más dolores. Es necesario que se oiga a tiempo”.

¿Pero cuáles son los hallazgo del estudio? Posee 10, el primero es que el subempleo, y no el desempleo, es el principal problema del mercado laboral salvadoreño.

"La mayoría de la gente que busca y necesita un empleo no puede mantenerse mucho tiempo sin
trabajar. En un mercado de trabajo que no ofrece suficientes empleos decentes, las soluciones para alguien sin trabajo son irse a buscar empleo a otro país (emigrar) o subemplearse.
El subempleo es una estrategia generalizada en el país para obtener ingresos. “Rebuscarse”, ponerse a trabajar en lo que sea, aunque se obtenga menos del salario mínimo, aunque se trabaje menos horas que las de una jornada completa. Aunque no alcance para mantener a la familia, aunque no se puedan satisfacer las necesidades básicas. Aunque se carezca de acceso a las redes de seguridad social. En eso consiste estar subempleado."

El segundo refiere que hay un desencuentro en las racionalidades de empleados y empleadores: los unos quieren que se les pague según el salario de reserva, los otros pagan salarios de mercado.

El crecimiento de las expectativas laborales de los trabajadores, en términos de tipo de empleo y remuneración, obedece a varios factores que han incrementado el salario de reserva (mínima remuneración por la que alguien está dispuesto a participar en el mercado laboral). Estos son: aumentos en los niveles educativos y de productividad, impacto de las migraciones y creciente consumismo. En primer lugar, la escolaridad promedio de los trabajadores entre 15 y 29 años de
edad (8 años de estudio aprobados) duplica la escolaridad de la generación de sus padres (4 años de estudio aprobados en la población de 50 a 64 años de edad). A esto se suma que el nivel de productividad para 2007 es 43% mayor que el registrado en 1991. Es lógico, pues, que trabajadores más educados y más productivos aspiren a mayores salarios.
En segundo lugar, las migraciones inciden en las decisiones de tomar un trabajo o no hacerlo. Esto ocurre no solo por el efecto de las remesas que envían los parientes desde el exterior y que aseguran un ingreso –muchas veces superior al salario mínimo– al 25% de los hogares salvadoreños. Tiene relación, además, con la remesa de información sobre oportunidades laborales y salarios fuera del país (en particular en los EE. UU.) y la oferta de apoyo para integrarse al mercado laboral internacional, que también proceden de quienes han emigrado.
En tercer lugar, los trabajadores quieren ganar más para consumir más bienes y servicios. El bienestar y la calidad de vida están asociados con prácticas de consumo que se han democratizado, desde la ropa de moda hasta los aparatos electrónicos pasando por la comida rápida.
Los empleadores, en la otra cara de la moneda, están pagando salarios de mercado y tratando de minimizar costos en sus empresas para ser competitivos en el mercado internacional. Su lógica se explica por factores como los altos niveles de subutilización laboral, el crecimiento de la población económicamente activa, salarios mínimos superiores a los de algunos países vecinos y necesidad de reducir costos en ciertos sectores productivos.

Para que no se haga tan largo el asunto me limitaré a enumera el resto de hallazgos:

3. Educación y generación de oportunidades de trabajo decente deben ir de la mano para elevar la calidad de vida de los salvadoreños.

4. La representación de los salvadoreños como personas laboriosas debe inspirar a El Salvador a colocar el pleno empleo en el centro de sus políticas públicas.

5. Empresarios y trabajadores deben convertirse en actores creíbles y representativos para impulsar un compromiso nacional a favor del pleno empleo.

6. La falta de trabajo decente, en particular entre la población joven, deteriora la cohesión social y socava las bases de la gobernabilidad democrática.

7. En un país con alta proporción de subempleados, la protección social de los trabajadores en caso de enfermedad y de vejez no puede limitarse a los empleados del sector formal.

8. Las mujeres trabajan más horas diarias que los hombres y son discriminadas para aspirar a ciertos empleos, en los salarios percibidos y en el acceso a protección social.

9. Hace falta una estrategia que distribuya las oportunidades de empleo en todo el territorio nacional a fin de lograr mayor bienestar para todos los salvadoreños.

10. El pleno empleo, y trabajo decente, debe ser la máxima prioridad de las políticas públicas y los objetivos socioeconómicos.

LEA EL INFORME COMPLETO AQUÍ:
http://www.pnud.org.sv/2007/idh/content/view/25/101/

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